post

El cuerpo de lxs otrxs no debería ser objeto de discusión ni de descalificación. Pero estamos acostumbrados a naturalizar la crítica hacia los cuerpos NO HEGEMÓNICOS.

Avanzar hacia una ciudadanía crítica y con relaciones más equitativas implica poner en VALOR A LA DIVERSIDAD: La representación de los cuerpos de mujeres con características distintas a las estereotipadas parece ser una imposibilidad hoy, en este contexto de mercantilización de los cuerpos y su consumo…
Si no se muestran las virtudes de los ideales -deseables- en esta época aparentemente sujetada a la delgadez extrema (la cual supone el único valor que puede atribuirse a la imagen corporal) pareciera ser un cuerpo desechable o descartable.
Esto trae aparejada discriminación y descalificación desde un supuesto espacio de poder.
Sin embargo, según quien se constituya como observador, varía la percepción teniendo como condicionante los paradigmas vigentes en determinado grupo social, espacio de cotidianeidad del contexto socio-económico-cultural.
¿Cómo podemos dejar de reproducir estos ideales de belleza únicos, que promueven exigencias que ponen en riesgo la salud psicofísica de las personas y calan nuestra autoestima?
Frente a las omnipresentes pantallas e imágenes que emiten permanentemente cuerpos perfectos que modelan las conductas de lxs consumidorxs, debemos tener una visión crítica y repensarnos para superar el imperialismo de las imágenes hegemónicas.